La mayoría de los pasatiempos populares del verano implican pasar tiempo al sol, ya sea en la piscina, en un partido de béisbol o cuidando de tu jardín en una tarde soleada. Mientras estás ocupado disfrutando de tus actividades veraniegas favoritas, es igualmente importante tener en cuenta la protección de los ojos frente al sol. La luz ultravioleta (UV) del sol puede causar daños a corto plazo, y la exposición prolongada a la luz UV es un factor clave que contribuye a muchos problemas comunes de visión.
Protección solar ocular al aire libre
Uno de los mayores conceptos erróneos sobre el verano es que un día nublado significa que estás a salvo de los peligrosos efectos secundarios de los rayos del sol. En realidad, la protección ocular es igual de importante en los días nublados, porque sigue entrando mucha luz a través de las nubes. Lo mismo ocurre con los días de verano más frescos que la media. El aire más fresco puede hacer que la luz solar sea menos intensa, pero no disminuye el riesgo derivado de los rayos UV. Durante el verano, siempre es mejor ir a lo seguro con tu salud ocular utilizando una protección solar adecuada.
- Gafas de sol que bloquean los rayos UV – Hay gafas de sol de muchos estilos, y tener un par a mano es una gran decisión durante todo el año. La Academia Americana de Oftalmología recomienda elegir gafas de sol que lleven la etiqueta “100% protección UV” y lentes que cubran todo el ojo. La buena noticia es que no tienes que gastarte mucho dinero para conseguir la protección UV necesaria, ya que hay muchas opciones más baratas que cumplen perfectamente su función.
- No te olvides del sombrero – Además de proporcionar una mayor protección ocular, un sombrero de ala ancha ayuda a mantener la luz solar directa alejada de tu cara. Aunque una gorra de béisbol no proporciona el mismo nivel de protección ocular, sigue siendo una buena opción. Sin embargo, es importante recordar que el sombrero no sustituye a las gafas de sol con protección UV. Es mejor tener ambos a mano, sobre todo si vas a pasar muchas horas al sol.
- Protección ocular al nadar – Pasar tiempo en la piscina, el lago o el mar es una forma divertida de refrescarse en verano, y conviene protegerse los ojos siempre que te des un chapuzón. Algunas gafas de natación ofrecen protección UV, y te ayudan a mantener el agua fuera de los ojos, además de protegerte de la luz solar. Recuerda que si llevas lentillas, es mejor quitártelas antes de ir a nadar.
- Cuidado de los niños – Los niños pueden ser especialmente vulnerables a los efectos de la luz ultravioleta porque no sólo suelen pasar más tiempo al aire libre, sino que no comprenden el peligro de los rayos solares, así que asegúrate de que tus pequeños tienen una amplia protección ocular. Las gafas de sol, el sombrero y el protector solar también funcionan bien para los niños, así que el truco está simplemente en conseguir que tus hijos los utilicen con regularidad. Merece la pena el esfuerzo.
- Planificar el día – Si planeas una actividad al aire libre, es mejor por la mañana o a última hora de la tarde que a mediodía. El sol está en su punto más fuerte durante las horas del mediodía, desde las 12 en punto hasta las primeras horas de la tarde. Además de ayudarte a evitar la luz ultravioleta más intensa, planificar el momento adecuado del día te mantendrá normalmente alejado del calor más intenso del verano.
Protegerse los ojos cuando estás al aire libre debe ser una prioridad durante todo el año, especialmente durante los meses de verano. Requerirá pocos cambios en tu rutina, por no decir ninguno, y realmente marca la diferencia. Llevar un sombrero de ala ancha y un par de gafas de sol en tu vehículo es una forma estupenda de asegurarte de que tendrás una amplia protección ocular, te lleven donde te lleven tus actividades favoritas al aire libre.
Fuente:
El calor aprieta: Asegúrate de que las gafas protectoras de los pacientes también lo estén. (s.f.). AOA. https://www.aoa.org/news/clinical-eye-care/health-and-wellness/protecting-patients-eye-summer?sso=y
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